Prueba de mediano plazo
Nissan Rogue
Echando raíces


La Rogue nos demostró ser un vehículo que ha encantado al público y no le pide nada a su casi gemela y más “rica hermana”, la Murano

Durante tres meses, la crossover ligera de Nissan, la Rogue, nos brindó una prueba sin sobresaltos y nos enseño muchas de sus virtudes. La Rogue se transformó en nuestro vehículo favorito de pruebas, por varias razones que parecen muy sencillas, pero que son fundamentales.
Primeramente, la estadía en la Rogue resultó de lo más cómodo. La posición de manejo nos encantó. Aunque la camioneta no es muy alta, tiene la virtud de estar visualmente por encima de la mayoría de los coches en el tráfico, lo que nos ayudó a las maniobras de rebase y a la hora de estacionarnos.
Los asientos de piel tienen también culpa de que digamos que la Rogue es cómoda. Tanto en los asientos delanteros como en la banca trasera, se puede encontrar un amplio espacio para los cinco pasajeros.



En nuestra unidad de pruebas, que terminó con más de 20 mil kilómetros a cuestas en su odómetro, al cual nosotros le pusimos alrededor de cuatro mil kilómetros de esos 20 mil, observamos que la unidad se mantiene bien ensamblada en su interior. No presentó ningún “síntoma de sonaja”, proveniente de la cajuela o del tablero y eso lo agradecemos a los japoneses que tuvieron el cuidado de ensamblarla pensando en nuestra “eterna” comodidad.
El único detalle que no nos gustó, es que en carretera la Rogue es muy ruidosa y no por sus materiales ni el ensamblado. El estruendo del aire se filtra como agua en una coladera principalmente el que proviene de las puertas delanteras, donde percibimos el mayor ruido.
En la ciudad es diametralmente opuesto todo lo que acabamos de mencionar. Quizá por el ruido del tráfico no lo percibimos, pero el ruido que se filtra, independientemente del tráfico, realmente es muy poco y cuando rodamos con el vehículo, simplemente no existió ningún sonido como el que se produce cuando se filtra el aire, proveniente del exterior. Obviamente que no viajamos como en la carretera a más de 100 kilómetros por hora en la ciudad, pero sí destacamos el silencio que existe en el habitáculo.
El equipamiento de la Rogue juega un papel importante. Cuenta con un buen sistema de audio, que bien ecualizado logramos hacer que el ruido fuera ahora de adentro hacia fuera. Cuenta con caja para seis discos compactos, que siendo sinceros, poco utilizamos, ya que cuenta con una entrada auxiliar para el iPod y nos pareció una mejor opción para escuchar nuestra música y dejar de lado el enorme estuche con toneladas de CD. Por otra parte, el aire acondicionado se puede ajustar en dos zonas, para conductor y pasajero, siempre manteniéndonos con buen clima a pesar del intenso frío de las noches o del insoportable calor de medio día.



Pasando al desempeño de la Rogue, nos parece un vehículo hecho para circular más por la ciudad que por carretera. En la ciudad, la potencia de su máquina de 2.5 litros de desplazamiento, con 170 caballos, es suficiente para andar muy tranquilo, además de contar con la caja de cambios CVT (continuamente variable). Para la carretera nos parece que a la caja CVT aún le falta un poco más de galleta, en cuanto a la respuesta inmediata al pisar el pedal del gas. Por ejemplo, en un rebase, es muy probable que tarde más de lo que desea para realizarlo, a menos que ya tenga el “vuelo” necesario para hacerlo de inmediato.
Esto puede ser ayudado un poco con la caja de cambios secuencial, mediante la utilización de las paletas ubicadas en la parte posterior del volante o por medio de la palanca de la transmisión. A nuestro parecer, el jugar con los cambios desde el volante es más divertido y le otorga a la Rogue un toque deportivo, que puede ser aprovechado en la carretera. Sin embargo, el subir y sobre todo bajar velocidades para un rebase inmediato, se puede reflejar en el rápido consumo de combustible.
Y es que el consumo de carburante llega a ser aceptable en ciudad y carretera. Con un promedio de 8.6 kilómetros por litro, llegó a la cúspide de su menor y más aprovechable (para nosotros) consumo de gasolina. Por tanque, la Rogue nos entregaba por encima de 500 kilómetros de autonomía, lo cual no está nada mal.
En estos tres meses de prueba, nos dimos cuenta que la Rogue, siendo la “hermana menor” de la Murano, cuenta con esa imagen crossover que Nissan le ha impuesto para conquistar su propio público, que si bien no le alcanza el dinero para comprarse a la “hermana rica”, tiene una muy buena opción con la Rogue, que se encuentra cerca de ese nivel de estatus y equipamiento. Sobre todo, porque en la calle aún las llegan a confundir por su diseño tan similar.

Texto y fotos: Mario Castillo

Ficha Técnica
Nissan Rogue

Motor: Frontal transversal; cuatro cilindros en línea; 2.5 litros de desplazamiento; DOHC; 16 válvulas; con inyección de combustible secuencial multipunto. Potencia: 170 cv @ 6,000 rpm / Torque: 175 libras-pie @ 4,400 rpm.

Tracción: Integral.

Transmisión: Automática de tipo CVT, con modo manual de seis velocidades (6+R).

Suspensión: Delantera – Independiente, de tipo McPherson, con resortes helicoidales y barra estabilizadora. Trasera – Independiente, de tipo Multilink, con barra estabilizadora.

Frenos: De discos ventilados en las cuatro ruedas, con sistema antibloqueo (ABS), distribución electrónica de la fuerza de frenado (EBD) y asistente de frenado (BA).

Dirección: De piñón y cremallera, con asistencia eléctrica.

Dimensiones y capacidades:
Largo / Ancho / Alto (mm)
4,645 / 1,800 / 1,683
Distancia entre ejes: 2,690 mm
Peso: 1,595 kilogramos.
Tanque- 60 litros.
Cajuela- 818 litros.

Precio: 312,900 pesos

Resultados de la prueba realizada en el Autódromo Guadalajara:
Aceleración de 0 a 100 km/h: en 11.63 segundos
Frenado de 100 km/h a cero: en 42 metros
Cuarto de milla: 18.43 segundos a 122.9 km/h
Velocidad máxima observada: 210 km/h

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