
Dodge Viper
La última gota de veneno
El armado del último Dodge Viper marcó en esta semana el final de una era
El pasado martes, un Dodge Viper color dorado, con franjas pintadas en tono bronce sobre su carrocería, fue el último de su generación en salir de la línea de producción de su planta en la avenida Conner, en un suburbio de Detroit. Murió una etapa en la vida del Grupo Chrysler, aunque hay esperanzas de resurrección.
El último Viper fue hecho bajo pedido por una pareja de Texas, Wayne y D’Ann Raugh, quienes poseen la mayor colección de Viper del planeta, con más de cuarenta de ellos en el estado sureño de la Unión Americana. Su color inusual se complementa con un interior igualmente exclusivo, hecho de cuero color grafito.
Cuando la crisis golpeó con más fuerza a Chrysler, en 2008, el Grupo consideró vender a Viper como una marca, pero no tuvo éxito. Luego, determinó la muerte de la misma, ante el mínimo volumen producido y la cada vez menos demanda del auto. Sin embargo, con la salida de Chrysler del famoso “capítulo 11” del código de bancarrota estadounidense, Fiat, la nueva dueña del negocio, decidió repensar todo y en este momento, el futuro de Viper está en “veremos”, por lo que hay una pequeña esperanza de que en el futuro aparezca una nueva generación del auto que fue ideado por Bob Lutz, en su paso por Chrysler en los años 80, que se transformó de inmediato en un icono mundial para los fanáticos de los autos, más que nada los más veloces.
Por lo menos hasta 2012 no habrá producción del Viper. Caso si apruebe para producción un nuevo modelo que se está estudiando en este momento, su fábrica podría volver a la actividad de nueva cuenta. Sin embargo, es también posible que este cupé dorado con cobre haya sido, en efecto, la última gota de veneno que salió de su planta, lo que sería una pena.
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