Prueba de manejo
Renault Scala
Una apuesta por la durabilidad
Por: Mario Alberto Castillo Flores

El Scala llega para ayudar en la transformación de la imagen de Renault

Hay que estar muy conscientes en la hora de hablar del Renault Scala. Se trata de un auto que, por su naturaleza, está enfocado a satisfacer a clientes buscan un coche sencillo, cómodo, económico y, más que nada, durable. Por esto, no esperamos de él aceleraciones de vértigo ni un nivel de equipo compatible con un Infiniti. Así, entendida su función y propuesta, nos pareció un gran auto.
El Scala es, originalmente, un Samsung SM3 de la anterior generación, que a la vez utiliza como base de su carrocería, la estructura del Nissan Sentra, obviamente, del anterior.
Fabricado en Corea del Sur, el Scala se instala en México como parte de la renovación que está viviendo la marca francesa en nuestro país. Así, el coche es uno de los productos en los que Renault centra sus esperanzas para conquistar un nuevo tipo de cliente para ellos, uno que pensaba muchas veces antes de comprar un auto de esta marca, principalmente por problemas de servicio y durabilidad.
La imagen exterior del coche delata a sus antecesores. Se le ve el cuerpo de Nissan Sentra, del cual su perfil es inconfundible. El detalle es que hay cosas en el que este Renault resulta mejor que el antiguo Nissan, y otras en las que no alcanza el nivel de aquél. Porque Renault ha sabido imprimir una imagen más elegante y sobria para el Scala, que está más apegado al diseño de su primo el Samsung. Por otro lado, no tiene la misma fuerza del Sentra.
El Scala presenta en su interior una extraña sensación de encierro. La puerta nos queda demasiado cerca, al mismo tiempo que el área de los pedales es reducida. El asiento se puede ajustar en altura y profundidad, siendo una herramienta que nos ayuda a colocarnos de mejor forma para conducir. La habitabilidad en la banca posterior es igualmente reducida. El espacio para tres pasajeros se ve comprometido, ya que justo en la parte media del auto, la banca tiene una ligera elevación, suficiente para colocar cerca del techo la cabeza de quien viaje en ese lugar. Las piernas tienen un espacio suficiente, pero si el conductor es más alto o simplemente le gusta conducir con su asiento muy atrás (lo que está mal, desde el punto de vista de la conducción correcta), esto comprometerá el confort de los pasajeros de atrás.
En la cajuela hay 410 litros de capacidad, con un amplio acceso, lo que permitirá meter objetos grandes o largos. También, los asientos de la banca posterior pueden abatirse, teniendo la posibilidad de colocar más cosas largas.
Por otra parte, al tacto de los materiales con los que está ensamblado el interior, es de una sensación rugosa y de superficies duras, lo que denuncia su carácter más económico. Los asientos de tela son lo más suave que se puede encontrar en el Scala. El equipamiento nos parece adecuado. Pero ofreciendo únicamente un estéreo sencillo que reproduce CD y MP3, creemos que en estos días hace falta por lo menos una entrada auxiliar, por no mencionar un puerto USB. Lo demás se compone de doble bolsa de aire; aire acondicionado; controles de vidrios, seguros y espejos eléctricos y la opción de cambio automático.
Nos gusta que el Scala tenga elementos de seguridad, al contar con bolsas de aire frontales, para conductor y pasajero, lo que sumado al sistema antibloqueo (ABS), con EBD y sistema de frenado de emergencia (SAFE), mantienen protegidos a todos los pasajeros, para evitar en gran medida un accidente. Muy bueno para su nivel de precio.
La respuesta del motor, por otro lado, es apenas suficiente para moverlo de forma a no desesperarnos. El arranque es lento y hay que tenerle paciencia al empuje de sus 110 caballos. Aquí el enfoque es hacia una transportación urbana eficiente con bajo consumo de combustible. La máquina parece mucho a la del antiguo Clio, pero en realidad es un motor Nissan del mismo tamaño que el de Clio y Platina. Su transmisión automática de cuatro velocidades (que es la que probamos con la versión Dynamique) naturalmente ofrece comodidad, pero más vale que el conductor no tenga prisa, por supuesto.
Sus competidores son duros. Por ejemplo está el ya establecido Nissan Tiida, o el Chevrolet Optra. Debido a que por sus características generales, insistimos, estos son autos enfocados a satisfacer a clientes que requieren un auto de uso diario y que sean durables, por lo que no dudamos que el Scala pueda conquistar a varios dispuestos a deleitarse con sus bondades y convivir con sus deficiencias. De hecho, por los números de venta de sus primeros meses, podemos percibir que traerlo fue una decisión más que acertada.

Ficha técnica
Renault Scala


Motor: Frontal transversal; cuatro cilindros en línea; 1.6 litros de desplazamiento; DOHC; 16 válvulas; con inyección de combustible secuencial multipunto. Potencia: 110 cv @ 6,000 rpm / Torque: 151 libras-pie @ 4,250 rpm.

Tracción: Delantera.

Transmisión: Automática de cuatro velocidades (4+R).

Suspensión: Delantera – Independiente, de tipo McPherson con resortes helicoidales y barra estabilizadora. Trasera- Independiente, de tipo Multilink, con resortes helicoidales y barra estabilizadora.

Frenos: De discos ventilados adelante y de tambor atrás, con sistema antibloqueo (ABS), distribución electrónica de la fuerza del frenado (EBD) y asistente de frenadas (SAFE).

Dirección: De piñón y cremallera, con asistencia hidráulica.

Dimensiones y capacidades en milímetros:
Largo / Ancho / Alto
4,510 / 1,710 / 1,450
Distancia entre ejes: 2,535 mm.
Peso: 1,161 kilogramos.
Tanque- 55 litros.
Cajuela- 410 litros.

Precio: 188,600 pesos

Resultados de la prueba realizada en el Autódromo Guadalajara:
Aceleración de 0 a 100 km/h: en 15.64 segundos
Frenado de 100 km/h a cero: en 41 metros
Cuarto de milla: 19.44 segundos a 118.7 km/h
Velocidad máxima observada: 175 km/h

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