Prueba de manejo
Mazda RX-8
Diversión que tiene su precio
Por: Mario Alberto Castillo Flores
Éste es un coche de buen manejo y complicado mantenimiento
Primeramente, cabe aclarar que el RX-8 es un coche de los llamados “de nicho”, y que no se comercializa en nuestro país. Existen algunos modelos rodando en estas tierras, pero son traídos de forma especial, para clientes igualmente especiales. Y es que no cualquiera puede tener en su cochera un RX-8 y les diremos por qué.
Para describir un poco de nuestro auto de pruebas, tenemos que es un modelo 2005, con más de 20 mil kilómetros en su odómetro. Visualmente el coche está en buenas condiciones, con la pintura sin rayones. Pero los rines se nota que han sufrido uno que otro raspón de las banquetas. Y en su interior, una tapicería de cuero, que se tiene su desgaste, pero sin roturas.
En general, el RX-8 no se veía desangelado. Todo lo contrario. La gente en la calle lo observaba con detenimiento, quizá pensando “¿Qué coche es ese?” Más que nada, sus formas eran las que llamaban la atención, al mostrarse como un auto “súper deportivo”.
El primer paso
Como dijimos, el tener un Mazda RX-8 no es para cualquiera. No únicamente por el aspecto del dinero, sino por los cuidados que requiere el coche. Esta vigilancia constante sobre el auto, a algunos puede que no les guste, simplemente por no tener el tiempo suficiente para atender las exigencias del coche. O les da flojera hacerlo, encargándole la administración del vehículo a otras personas.
Tenemos los cuidados que son indispensables, como el evitar que el coche pegue en cada tope y bache, por citar un ejemplo. Y otros cuidados que se dan con cierta periodicidad, como el chequeo de niveles de líquidos o la presión del aire en las llantas.
Esto último, en el RX-8 debe ser más constante. Sobre todo, la revisión del nivel del aceite tiene que ser diario, ya que tiene un consumo muy elevado de éste, al mismo tiempo que el repostar muy seguido el combustible es igualmente algo que no lo dejará feliz.
Hay que entender el coche
El motor rotativo del auto sufre a la altura de ciudades como Guadalajara, elevada a 1,560 metros sobre el nivel del mar. Esto se debe a que dicho motor trabaja de la siguiente manera: Dentro de la cámara de combustión, se encuentra un rotor de tres lados (equivalente a tres pistones) que en su interior cuenta con un engrane principal con dientes, que giran de forma orbital. Este rotor se mueve gracias a que en cada una de sus tres caras sucede el ciclo de admisión, compresión, explosión y escape. Por lo tanto, en cada vuelta del rotor, hay tres explosiones.
¿Qué diferencia hay con esto? Pues que Mazda pretende que la potencia del auto sea entregada de forma más rápida y constante. Pero esto tiene su precio, al calentarse demasiado la cámara y por lo tanto el motor tiene problemas para enfriarse, pudiendo derivar en otros problemas mecánicos.
Además, el consumo de combustible es mayor, por que el motor necesita más fuerza para impulsarse, ya que no cuenta con la ayuda de un turbo compresor. La cifra ronda los 15 litros de gasolina “Premium”, por cada 100 kilómetros de recorrido, o en otros números, 6.6 kilómetros por litro, aproximadamente. Sus niveles de emisiones tampoco son buenos, al expulsar 299 gr/km de CO2 (dióxido de carbono).
Otro punto, es que el desgaste que provoca el giro del rotor, hace que el auto “beba” más aceite de lo que un coche normal lo hace, para mantenerse bien lubricado. Por ejemplo, por cada tanque de combustible que repostemos, nos recomendaron poner al motor, medio litro de aceite.
Disfrutarlo, es lo que queda
Si realmente poco le interesa lo anterior y lo que quiere es disfrutar del coche plenamente, el RX-8 lo satisfacera. Su manejo es suave, y llega a ser potente como el diseño exterior sugiere, olvidándonos por momentos, que porta un motor de 1.3 litros y 231 caballos de potencia. Esta combinación no la encontramos en cualquier lado.
La posición del conductor es agradable, gracias al cómodo asiento, lo que nos ayuda a dejar de lado el pésimo estado de la mayoría de las calles de nuestra ciudad. La dirección, como Mazda nos tiene acostumbrados, es precisa y de reacción rápida. El equipamiento, en esa versión del año 2005, carente de conexiones auxiliares o Bluetooth, cuenta con su reproductor de CD; vidrios y espejos eléctricos; tapicería en cuero y quemacocos.
Por otro lado, uno de los detalles más curiosos del coche es la apertura de las puertas posteriores. Hay que abrir primeramente las puertas delanteras, para luego abrir las pequeñas puertas que nos dan acceso a la banca posterior. El espacio de la banca, que de hecho está dividida en dos asientos, es muy reducido. Tanto, que tenemos que ir con la espalda muy bien pegada al sillón y cuidar que la cabeza no pegue en el techo, sin olvidar que los pies estarán inamovibles y las rodillas pegarán con los respaldos delanteros.
Mazda hizo muy bien en no haber tarído el coche a México, para su venta masiva. Los problemas con los que se hubieran encontrado serían muchos, en términos de practicidad más que nada, para tener un coche realmente competitivo por lo que ofrece. La gama que tiene en estos momentos cubre perfectamente bien lo que el mercado mexicano necesita, ya que si se quiere un coche, no igual, pero sí potente y eficiente, está el MazdaSpeed3, por ejemplo.
El lado brillanteSu diseño, que a pesar de ser “viejo”, es cautivador y hasta pasaría como un modelo 2010. El motor es singular, ya que entrega mucha potencia, con un cilindraje muy bajo.
El lado oscuroEn resumen, su mantenimiento constante. Consumo elevado de combustible y altas emisiones contaminantes.
Ficha técnica
Mazda RX-8
Motor: Frontal longitudinal; Rotativo; 1.3 litros de desplazamiento; inyección indirecta de combustible; Potencia- 231 cv @ 8,200 rpm. Torque- 211 newton-metro @ 5,500 rpm.
Tracción: Trasera.
Transmisión: Manual de seis velocidades (6+R).
Frenos: De discos ventilados en las cuatro ruedas, con sistema antibloqueo (ABS) y distribución electrónica de la fuerza del frenado (EBD).
Suspensión: Delantera- Independiente, de paralelogramo deformable, con resortes helicoidales y barra estabilizadora. Trasera- Independiente, de tipo Multilink, con resortes helicoidales y barra estabilizadora.
Dirección: De piñón y cremallera con servo-asistencia.
Dimensiones en milímetros:
Largo/ Alto/ Ancho
4,435/ 1,340/ 1,770
Distancia entre ejes: 2,700 mm.
Peso: 1,425 kilogramos.
Tanque: 61 litros.
Cajuela: 290 litros.
Resultados de la prueba realizada en el Autódromo Guadalajara:
Aceleración 0 a 100 km/h: 9.1 segundos.
Frenado: 100 km/h a 0: 39 metros.
Cuarto de milla: 16.2 segundos a 131.1 km/h.
Velocidad máxima: 235 km/h.
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