
Ford Fiesta: 700 km con un tanque
Prueba de economía
Viajamos de Tlaxcala a Guadalajara sin parar en la gasolinería.
Por: Rogelio Rivera
La apacible Tlaxcala de Xicohtencatl se va desapareciendo del horizonte en el espejo retrovisor, mientras el velocímetro marca 100 km/h y el tacómetro indica relajadas 2,650 rpm, con la transmisión engranada en quinta. A pesar de que las señales del camino invitan a no sobrepasar la velocidad máxima permitida de 80 km/h, es obvio que a todos les parece demasiado lenta: aunque nosotros rebasamos por 20 km/h el límite, muchos otros automóviles nos rebasan. Esta es la primera parte del recorrido de 700 km que nos propusimos lograr con sólo un tanque de gasolina con un Ford Fiesta hatchback SES 2011 con transmisión manual.
Los preparativos del viaje comenzaron en la página de internet de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (http://sct.gob.mx), que tiene una herramienta para planear rutas de carretera en toda la república y la cual incluye cálculo de costo del peaje y del combustible. Para la estimación del consumo, la herramienta de la SCT pide especificar el número de cilindros y el desplazamiento del motor; una vez que elegimos los cuatro cilindros y menos de 1,800 cc que corresponden al Fiesta, la página arrojó una cifra de 17 km/l.
Como punto de partida elegimos Tlaxcala, luego una escala en el DF, y de allí tomamos la ruta corta a Guadalajara a través de Michoacán, que suma cerca de 700 km. La herramienta de SCT calculó 124 km de recorrido de Tlaxcala al DF y 545 km del DF a Guadalajara (669 km total); con un costo de peaje (incluyendo el libramiento de Toluca) de 821 pesos ($681 del DF a Guadalajara). Según la página, gastaríamos 335.2 pesos de gasolina Magna. Con un precio de este combustible de 8.52 por litro, el consumo prometido era de 39.34 litros.
El reto era cubrir la distancia sin detenerse a repostar en ninguna gasolinería entre Tlaxcala y Guadalajara. En teoría, con el tanque de 45.42 litros del Fiesta podríamos recorrer 772 km de carretera; pero habría que considerar los tramos urbanos, en los cuales se eleva el consumo.
Excepto en los tramos en construcción, siempre mantuvimos una velocidad por lo menos 10 km/h por arriba del límite señalado. Al encontrar un columpio en la carretera (una bajada seguida de una subida) permitíamos que en el descenso el auto cobrara velocidad, para luego remontar con mayor facilidad el tramo en ascenso. Si encontrábamos un vehículo lento por delante de nosotros en el carril derecho y, al mismo tiempo se acercaba otro auto por atrás en el carril izquierdo, había que calcular si acelerábamos más o le quitábamos presión al pedal derecho; de esta forma dejábamos pasar al auto sin tener que variar la velocidad radicalmente. Antes que el consumo, le dimos prioridad a la seguridad en todo momento.
Podemos resumir la lección de economía en dos factores: previsión y constancia. Si se prevén las condiciones del camino, se pueden tomar decisiones para economizar gasolina. Y entre más constante sea la velocidad, el consumo será mejor. Hay que recordar que al acelerar es cuando se consume más combustible. La conveniente entrega de par del motor del Fiesta contribuyó en buena medida a economizar, debido a que no era necesario reducir demasiado de engranajes para conservar la velocidad en subidas. Sólo en los ascensos más pronunciados hubo que usar cuarta.
Al llegar a Guadalajara habíamos recorrido 681.8 km y, al repostar, le cupieron al tanque 35.71 litros, por lo cual es fácil deducir que sobraban 9.71 litros. Calculamos un promedio de 18.71 km/l, contra 18.52 de la computadora del Fiesta. Como se puede ver, al final de cuentas pudimos mejorar el consumo de 17 km/l que indicó la página de la SCT en un principio. Si hubiéramos hecho el mismo recorrido en un Fiesta con la transmisión robotizada de seis velocidades (una más que el manual), nuestro promedio habría sido un poco mejor. Hubo una variación entre el cálculo del costo del peaje que indicó la página de SCT contra lo real: de los 681 pesos prometidos, acabamos pagando 689. En el regreso para devolver el Fiesta a Ford, en el DF, logramos 16.42 km/l, aunque con ritmos de velocidad algo mayores, y una desviación por un tramo de carretera libre.
La moraleja, si es que debe haberla, es que no resulta lógico malgastar gasolina para recortarle media a un recorrido. Si manejas a velocidades moderadas, la recompensa será un menor consumo, menor desgaste del auto y mayor seguridad. Además podrás admirar el paisaje, que es muy bonito en el rumbo de Michoacán, en la ruta corta al DF.
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