Prueba de manejo
Ford Edge 2011
Lo importante es la belleza interior
Los que no se convenzan del nuevo frente de la Edge, lo harán por su interior
Es una vieja e inmutable receta. A la mitad de la “vida” de un producto, las marcas le cambian un poco por fuera, más que nada el frente y la trasera. Hacen algunas mejoras en su interior y con esto ofrecen algo de la constante frescura que pide el mercado. Ford lo acaba de hacer con la Edge y , al menos ante nuestros ojos, le funcionó mejor por dentro que por fuera.
La Edge es un producto que llegó al mercado sin tomar exactamente el lugar de otro que iba de salida. Existe porque la gente busca una mezcla entre una SUV (vehículo deportivo utilitario, por sus siglas en inglés) y un sedán. Y Ford consideró que este nuevo producto cumplía con esa expectativa. De hecho, para muchos sí lo hace, aunque nosotros no nos sumamos a estos. En nuestra muy particular opinión, la Edge es una SUV, no un crossover. Porque nos parece demasiado alta, grande y robusta para merecer su presencia entre los crossovers. Esa sensación de dimensiones excesivas, curiosamente, la tenemos mucho más desde dentro que por fuera. Bueno, eso era antes, porque ahora con la nueva parrilla, que es una fachada de cromo que puede inducir vergüenza a un Kenworth, el exceso salió de la cabina.
Sensaciones variadas
Es todo fruto de las sensaciones y éstas, por supuesto, se distinguen entre una y otra persona. En nuestro caso su altura, el grosor de las puertas, la profundidad del tablero y la consecuente distancia del parabrisas, nos transmiten ese sentimiento de estar en un vehículo mucho mayor de lo que realmente es la Edge.
Por fortuna, el nuevo interior de la Edge es mucho más agradable que antes. Primero, porque los materiales cambiaron. El tablero ya tiene un plástico acojinado y que no refleja. Los asientos forrados de piel (en el caso de la Limited que probamos) son de buena calidad y el espacio es muy bueno tanto adelante como atrás.
También la cajuela ofrece buen espacio para el equipaje, aunque es una lástima que sigan sin ponerle al menos una cortina que mantenga los objetos que en ella se ponen lejos de los ojos de los demás.
Digna de nota también es la magnífica insonorización del habitáculo. Dentro de la Edge apenas nos enteramos del ruido de afuera. Simplemente excelente.
Gran juguete
Lo que más contribuye para la sensación de bien estar en la Edge 2011 es el sistema bautizado como MyFordTouch. Es, en resumen, el antiguo SYNC (diseñado por Microsoft y exclusivo de los Ford durante 18 meses), pero muy mejorado.
Se puede conectar el teléfono por Bluetooth; escuchar su música; conectarse a radio satelital (que requiere una subscripción en Estados Unidos, no permitida, pero posible) y también con navegación satelital por GPS, que se puede actualizar con una simple tarjeta SD.
La enorme pantalla a color en el centro del tablero, sirve como cámara de reversa y ayuda muchísimo en las maniobras.
Si fuera tan sólo por este “juguete”, ya valdría la pena considerar una Edge, o cualquier otro Ford que cuenta con un sistema similar.
Mejor desempeño
Con 20 caballos de fuerza más, la Edge 2011 es más dispuesta que la anterior, aunque no tanto como la Edge Sport, que cuenta con el mismo motor de la Lincoln MKX (y eso que Ford jura que quiere hacer Lincoln “distinta”).
La máquina sigue siendo V6 de 3.5 litros, ahora con 285 caballos de fuerza. La caja automática tiene seis velocidades y el conjunto funciona bien. Ford asegura que el consumo de combustible ha mejorado de una manera considerable, gracias a tecnologías como la que corta la alimentación de combustible cuando el torque no es necesario, por ejemplo, en bajadas. La apertura de válvulas es controlada por computadora en admisión y escape. Nosotros, desafortunadamente, no tuvimos tiempo suficiente para hacer la prueba de consumo, no pudimos avalarlo.
La suspensión es independiente en ambos ejes y proporciona un muy buen confort, junto con una estabilidad tan buena que llega a sorprender.
Ford ha construido una mejor Edge para el modelo 2011, nos queda claro. En el futuro, nos parece que su evolución pasa por una pérdida de peso, tanto visual como real (pesa 1,851 kilogramos). Pero esto quedará (esperamos) para el primer cambio de generación, por ahora, como dijimos, lo que vino fue sólo algo más que una “manita de gato”
El lado brillante
El nuevo interior; el sistema MyFordTouch; la estupenda insonorización de la cabina; motor más enjundioso.
El lado oscuro
Sigue sin una cubierta para la cajuela; el diseño exterior peca por exceso de extroversión; se siente muy pesada visualmente, aunque no dinámicamente.
Ficha técnica
Ford Edge 2011
Motor: Frontal transversal; seis cilindros en V; 3.5 litros de desplazamiento; 24 válvulas; con inyección de combustible secuencial multipunto. Potencia: 285 cv @ 6,500 rpm / Torque: 253 libras-pie @ 4,000 rpm.
Tracción: Delantera.
Transmisión: Automática de seis velocidades (6+R), con modo secuencial.
Suspensión: Delantera – Independiente, de tipo McPherson, con resortes helicoidales y barra estabilizadora. Trasera- Independiente, con barra del estabilizadora.
Frenos: De discos sólidos en las cuatro ruedas, con sistema antibloqueo (ABS).
Dirección: De piñón y cremallera, con asistencia hidráulica.
Dimensiones y capacidades en milímetros:
Largo / Ancho / Alto
4,678 / 1,930 / 1,701
Distancia entre ejes: 2,824 mm.
Peso: 1,851 kilogramos.
Tanque- 68.1 litros.
Cajuela- 911.8 litros.
Precio: N/D.
Resultados de la prueba realizada en el Autódromo Guadalajara:
Aceleración: 0-100 km/h en 8.95 segundos.
Frenado de 100 km/h a 0 en 43 metros.
Cuarto de milla en 16.88 segundos @ 138.9 km/h.
Velocidad máxima observada: 170 km/h
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