Prueba de manejo
Toyota Prius
El precio del ahorro
Por: Sergio Oliveira

La única razón para comprar el Prius es la necesidad de decir al mundo que quieres “salvar al planeta”

Hay dos requisitos mínimos para comprar un Toyota Prius. El primero es estar convencido de que el calentamiento global es causado por las emisiones contaminantes generadas por el hombre y sus aparatos. El segundo, es tener dinero. Una buena cantidad de dinero.
El Prius es el vehículo híbrido más famoso del mundo. Desde su lanzamiento en 1997, en Japón, ya ha vendido más de dos millones de unidades en los cerca de 70 países en los que se comercializa. Es, de acuerdo con la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos, el auto más eficiente en el consumo de combustible a la venta en la Unión Americana. Ahora, el Prius llega a México en su cuarta generación, haciéndolo como el segundo vehículo híbrido a venderse en nuestro país, sólo después del Honda Civic Híbrido.

Atractivo emocional
Al traer el Prius a México en su versión más equipada posible, Toyota deja claro que no busca vender grandes volúmenes del auto. De hecho, el coche le sirve a la marca de la misma manera que servirá al que lo compre, es decir, como un constructor de imagen.
En este sentido, conducir un Prius resulta agradable. Porque no deja de impresionar que un auto pueda andar en ciudad por cerca de 20 kilómetros, con cada litro de gasolina. Hay, empero, que tomar en cuenta que sigue siendo un vehículo cuya máquina usa gasolina para moverse. Claro, necesita menos gasolina que la inmensa mayoría de los coches que hoy circulan, pero sigue usando petróleo para desplazarse. Su propuesta, pues, es contaminar menos, no dejar de hacerlo.

Derroche de tecnología
Para lograr ese menor consumo, el Prius usa dos motores. Uno es de gasolina, de 1.8 litros, capaz de generar 98 caballos de fuerza. El otro es eléctrico y otorga 80 CV. Un generador carga la batería y tiene una potencia de 56 caballos. La batería sola tiene un poder equivalente a otros 36 caballos de fuerza. Sin embargo, esas potencias no se suman. Sólo una parte del poder de cada generador de fuerza está disponible y esto hace que el Prius, máximo, tenga lo equivalente a 134 caballos de poder.
La complejidad mecánica y electrónica del auto no termina ahí. Su caja de cambios no es manual, ni automática, ni de movimientos continuamente variables, la ya algo conocida CVT. Se trata de una caja de engranes planetarios, con funcionamiento automático. En la práctica, es una caja automática, con algunas peculiaridades. Una de ellas es que la posición P (de Parking, o estacionado), se consigue presionando un botón que se encuentra a la izquierda de la palanca de cambios. Algo irritante es que al poner reversa, hay un pitido que no para de sonar en el interior del coche. No estaría mal que ese sonido se hiciera fuera del auto, porque si éste arranca en el modo eléctrico, lo que es común, el Prius no emite ruido alguno y puede hacer que alguien se cruce detrás de él sin imaginar que pueda arrancar a cualquier momento.

Suavidad, silencio, comodidad y… aburrimiento
Con la prioridad absoluta de ahorrar combustible, el Prius deja de lado cualquier posibilidad de complacer al conductor que espera algo de emoción al volante. La suspensión es blanda y permite una cierta inclinación de la carrocería en las curvas, pero mantiene una buena estabilidad.
La dirección, por otro lado, es muy poco comunicativa. El Prius, mucho debido a su dirección, no es un coche ágil. Los cambios bruscos de dirección no combinan con él. El un auto amplio para hasta cinco personas, con un nivel elevado de confort que se encuentra en los asientos de piel, en el buen estéreo que cuenta con Bluetooth y entrada auxiliar, además de aire acondicionado digital.
Su silencio puede ser muy placentero, pero también desconcertante. Pare en un semáforo y el motor se detendrá. Esto es agradable. Pero si se da sobre una calle inundada, el agua puede entrar por el escape y en este caso, el Prius quedará tirado y su dueño con una larga cuenta que pagar por la reparación. Ya ha pasado con algunos Civic. Pasará también con el Prius.

Tres modos de funcionamiento
El Prius puede ser conducido sólo en el modo eléctrico, presionando el botón EV en el tablero. También se puede conducir en el modo ECO, con otro botón o en Power, con un tercer botón. Los dos primeros buscan, obviamente, ahorrar combustible. En el EV la conducción es absolutamente silenciosa, pero se podrá hacer sólo a muy bajas velocidades, como en un embotellamiento, por ejemplo. Y es necesario que la batería tenga carga suficiente para usar sus 36 caballos. En el modo ECO, el pedal del acelerador se pone muy duro, obligando el piloto a hacer un enorme esfuerzo para que el coche se mueva. El modo Power equivale a una conducción más normal.
En nuestras pruebas, el Prius logró un rendimiento combinado de ciudad y carretera de 17 kilómetros por litro. En los primeros kilómetros, si confiamos en su computadora de viaje, ese rendimiento fue de 20 kilómetros por litro, sólo en ciudad.

19 años para pagar la inversión
20 kilómetros por litro en ciudad es un número impresionante, sin duda. Esto hace, de verdad, que uno se sienta bien al traerlo, aún no creyendo en esto de que el mundo se va a acabar por culpa de los coches. Comprar, pues, un Prius por este motivo, resulta correcto, aceptable, comprensible. Lo que no se justifica es hacerlo pensando que el menor consumo de combustible justificará la inversión inicial.
Vamos a quedarnos en Toyota. Pensemos en un coche con un tamaño similar al Prius, incluso con algo menos de potencia, para que gaste menos. Con un Yaris sedán, en su versión más equipada, se puede conseguir un consumo urbano de 10 kilómetros por litro. Vamos a imaginar que andamos mucho y gastamos, con el Yaris, 500 pesos de gasolina por semana, es decir, dos mil pesos por mes. Con el Prius se gastará la mitad (aproximadamente, claro), en otras palabras, mil pesos a cada 30 días. Esto nos da un ahorro de 12 mil pesos por año. Sin tomar en cuanta gastos con seguro, depreciación y mantenimiento (que son todos a favor del Yaris) o tenencia (en este caso, a favor del Prius), serían necesario 19 años para pagar la diferencia de precios entre ambos coches. Un Yaris sedán Premium cuesta 210 mil pesos. Un Prius, sale por 428,300 pesos. Son 218 mil pesos de diferencia con lo que se puede comprar, por ejemplo, otro Yaris.

Mucho dinero, poco reconocimiento
En Estados Unidos, donde más se venden Prius en el mundo, tener uno es sentirse un poco como Leonardo di Caprio, es sumarse a los que gritan que quieren salvar el planeta. En México, sin embargo, este efecto sólo existirá en un grupo muy pequeño de personas, que conocen algo de autos. Porque en la calle, nadie lo voltea a ver. Pocos se dan cuenta de que se trata de uno de los más recientes, curiosos e interesantes vehículos a la venta en nuestro mercado. Esto puede ser una gran ventaja, si quiere pasar desapercibido, pero si el único sentido de comprar un Prius es mostrar a los demás su posición política con relación a la contaminación y el calentamiento global, el que nadie se de cuenta de que lo estás haciendo, simplemente elimina ese argumento. Y, francamente, no encontramos ningún otro que justifique pagar tanto dinero por ese auto.

El lado brillante
Ahorro de combustible; silencio; espacio interior; imagen de amigo del ambiente.

El lado oscuro
Precio; manejo anestesiado; ¿qué sentido hace buscar una imagen de amigo del ambiente, si nadie se da cuenta de ello?

Ficha técnica
Toyota Prius

Motor de combustión: Frontal longitudinal; cuatro cilindros en línea; 1.8 litros de desplazamiento; DOHC; Potencia- 98 CV @ 5,200 rpm. Torque- 105 libras-pie @ 4,000 rpm.
Motor eléctrico: Tipo sincrónico de 13,500 rpm. Posterior central; Potencia- 80 CV. Torque- 153 libras-pie.
Generador eléctrico: Voltaje máximo 650V AC Trifásico, de 56 CV.
Batería híbrida: Tipo Níquel-Hidruro Metálico (NiMH) de 201.6 Volts DC, con potencia máxima de 36 CV.
Potencia total combinada: 134 CV.

Tracción: Delantera.

Transmisión: Unidad de engranes planetario. Una velocidad constante, pero no igual a un CVT.

Suspensión: Delantera – Independiente, de tipo McPherson, con resortes helicoidales y barra estabilizadora. Trasera- Semi-independiente, con viga de torsión y resortes helicoidales.

Frenos: De discos ventilados adelante y de dsicos sólidos atrás, con sistema antibloqueo (ABS), distribución electrónica de la fuerza del frenado (EBD) y asistente de freno (BA).

Dirección: De piñón y cremallera, con asistencia eléctrica (EPS).

Dimensiones y capacidades en milímetros:
Largo / Ancho / Alto
4,460 / 1,745 / 1,490
Distancia entre ejes: 2,700 mm.
Peso: 1,380 kilogramos.
Tanque- 45 litros.
Cajuela- 445 litros.
Autonomía: Hasta 950 kilómetros en consumo combinado.

Precio: 428,300 pesos.

Resultados de la prueba realizada en el Autódromo Guadalajara:
Aceleración de 0 a 100 km/h en 12.3 segundos.
Frenado de 100 km/h a 0 en 42 metros
Cuarto de milla en 18.3 segundos a 119.3 km/h
Velocidad máxima observada: 130 km/h

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