Prueba de manejo
Audi A7 Sportback 2011
Ejemplo de elegancia
Por: Sergio Oliveira
Las excelsas formas y proporciones del A7 sólo son superadas por su lujo y manejo
De vez en cuando en el mundo, nace un coche que nos cambia la forma de ver las cosas. Un auto que logra ser distinto en la medida exacta, que no grita al mundo que lo vea por el hecho de ser diferente, pero que aún así nos hace voltear a verlo con la misma fuerza casi magnética que nos produce el paso de una hermosa mujer. El Audi A7, al menos en mí, produce el mismo efecto.
La idea de crear un sedán con silueta de cupé nació con Mercedes-Benz, con la primera generación del CLS. La marca alemana conquistó el mundo con ello y abrió un nuevo segmento en el mercado mundial, hoy seguido incluso por marcas de volumen como Hyundai, con el nuevo Sonata. Pero en mi particular opinión, ninguna ha logrado hacer un auto que encaje tan bien en ese nicho como Audi con el A7. Vaya, ni siquiera el A5 Sportback se le acerca estéticamente hablando. Al A5 le faltan algunos centímetros extras de longitud, que le confieren al A7 esa silueta perfecta, esa curva suave del techo que lo hace tan elegante.
La belleza exterior del A7 se traslada con perfección hacia dentro. Como todo Audi, el A7 tiene un interior impecable, con botones y controles agradbles de ver y operar. Sigo sin hacer “fan” del MMI, o el mando de control central, en lenguage de Audi, pero fuera esto, todo es absolutamente perfecto. La combinación de piel, plásticos, aluminio y madera, por ejemplo, transforma una mirada al interior del auto en un deleite visual. La convivencia en ese ambiente es tan agradable, que resulta difícil pensar en algo que la pueda hacer más placentera, pero Audi lo logró.
La cereza más rica de todos los pasteles
Claro que dentro del A7 están asientos para cuatro personas, que en el caso de la versión S-Line estaban forrados de piel en color café. Por supuesto que están los lujos normales en esta categoría de autos como los controles eléctricos para casi todo; las memorias de los asientos; el quemacocos; etcétera. Pero lo que hace de éste un auto mucho más extasiante es un equipo opcional que cuesta 8,600 dólares. Y vale cada centavo: el sistema de sonido firmado por Bang & Olufsen.
Los 100 watts de potencia de ese estupendo sistema de sonido no están ahí para sembrar el mundo a su redor. Ese poder existe para traer a la supericie el agudo delicado de un clavecín en cocierto de Vivaldi. Incluso cuando ese particular elemento se esconda detràs de la imperfecta compresión de un reproductor de Mp3. El sonido del cielo, el que escuchan los ángeles, no puede ser mejor que éste. Cualquiera con sensibilidad musical – y dinero, por supuesto - no pensará dos veces para ordener el más interesante de los opcionales del A7.
El espacio interior es para cuatro personas. Ni siquiera hay cabecera o cinturón de seguridad trasero central. Lo que sí hay es un lado práctico que, gracias a que la puerta de la cajuela se eleva junto con el medallón, el A7 es un hatchback, por si le hiciera falta exhibir más virtudes. Además, el inmenso portón se abre y cierra automáticamente, luego de un toque en el contrll remoto o en un botón ubicado en la misma tapa. Con sólo dos pasejeros, el A7 tiene una enorme área de carga, si plegamos los respaldos de los asientos traseros.
Paquete completo
Hermoso por fuera, armoniosamente lujoso por dentro, el A7 ni siquiera necesitaba manejarse muy bien para entrar en la categoría superior en la que se ubica. Pero lo hace. Su motor supercardao de 3.0 litros, fomado por seis cilindros dispuestos en V, eroga 300 caballos de fuerza, que son suficientes para garantizar mucho diversión. En nuestras pruebas, aceleró hasta los 100 km/h en 7.5 segundos. Sólo necesitó 39 metros para detenerse completamente desde esos mismos 100 km/h.
En las curvas, la base del auto es buena lo suficiente para hacerlo estable, seguro y predecible. Pero si nos gana la emoción, algo no muy difícil de ocurrir cuando se tiene este auto y esta potencia, los sistemas electrónicos no tardan en entrar en acción, ayudándonos a mantener el A7 en su trayectoria.
La dirección es precisa, rápida y tiene el grado perfecto de suavidad. Ni es rígida como para cansar el piloto ni tan suave que uno siente que no tiene el control.
La caja automática de siete velocidades también funciona como manda el manual, es decir, con velocidad y precisión, atendiendo en todo el momento el pedido que le hacemos a través de la presión del pedal del acelerador. Los frenos no mostraron fatiga en las pruebas que hicimos y arrojaron un buen número de detención, del que ya hablamos anteriormente.
Es difícil pedir más a un coche. Belleza, confort, espacio, lujo, buenos terminados, desempeño soberbio. Tal vez nos sintamos tentados a desear que para tenerlo tuviéramos que hacer una menor inversión inicial, pero esto nos quitaría una de las ventajas de poseer uno: la exclusividad. Al final, no todos pueden ser novios de Jimena Navarrete, pero al menos todos tienen el derecho de extasiarse con sólo verla pasar. Igual que con el A7.
Ficha Técnica
Audi A7 Sportback Elite 3.0T 2012
Motor: Frontal longitudinal; seis cilindros en V; 3.0 litros de desplazamiento; Supercargado; 24 válvulas; con inyección directa de combustible. Potencia: 300 cv @ 5,250-6,500 rpm. Torque: 440 newton-metro @ 2,900-4,500 rpm.
Tracción: Integral.
Transmisión: Automática de siete velocidades (7+R), con modo secuencial.
Suspensión: Delantera – Independiente, de paralelogramo deformable, con resortes helicoidales y barra estabilizadora. Trasera – Independiente, de paralelogramo deformable, con resortes helicoidales y barra estabilizadora.
Frenos: De discos ventilados adelante y sólidos atrás, con sistema antibloqueo (ABS) y distribución electrónica de la fuerza del frenado (EBD).
Dirección: De piñón y cremallera, con asistencia eléctrica.
Dimensiones y capacidades:
Largo / Ancho / Alto (mm)
4,969 / 2,139 / 1,420
Distancia entre ejes: 2,914 mm
Peso: 1,770 kilogramos.
Tanque- 65 litros.
Cajuela- 535 litros.
Precio: 78,700 dólares
Resultados de la prueba realizada en el Autódromo Guadalajara:
Aceleración 0 a 100 km/h en 7.5 segundos
Frenado de 100 km/h a 0: 39 metros
Cuarto de milla: N/D
Velocidad máxima gobernada: 250 km/h
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