Prueba de manejo
Chrysler 200 Sedán 2.4L
Sigue siendo conservador
Este coche se mantuvo prácticamente igual en cuanto formas exteriores y manejo sobrio del Cirrus
El futuro para el Chrysler 200 apenas comienza, aunque su carrocería nos diga otra cosa. En el Continente Americano, el coche es bien conocido, y en él se han vertido opiniones encontradas por su desempeño y por su calidad de materiales, así como por su estilo.
Lo que Chrysler tiene claro con el 200, es que tiene cuerda para rato y en Europa será comercializado bajo la firma Lancia y con el nombre Flavia, pero exclusivamente en la versión Convertible, presentada esta semana en el Salón de Frankfurt. El reto de este coche estadounidense, será convencer a los amantes de un manejo mayormente exigente y de calidad en acabados, como lo es el público europeo, por lo que gracias a la ayuda de Fiat, esto podría lograrse, más que nada, por la eficiencia de sus motores.
Mientras esto sucede, volvemos con nuestro coche de pruebas, que nos dejó una sensación similar a lo que dijimos la semana pasada con el Avenger. Son coches que tienen el lastre de la “vieja” Chrysler, pero que han mejorado en algunos puntos para justificar las renovaciones en las que se han visto envueltos.
Sensaciones
El 200 tiene un aspecto nuevo, eso nos queda claro, con faros y parrilla, así como calaveras con un diseño moderno y fresco. Pero si observamos bien el coche, sobre todo de la parte posterior, esa especie de cajuela “mocha” nos recuerda al pasado Cirrus. Esto no hace al 200 peor, pero mucho menos mejor. Es cuestión de percepción de cada quien, decidir hacerse de un coche que en la práctica es igual al anterior, evidentemente asumiendo el costo.
Por otro lado, el interior del coche nos gustó. La mejora es diametralmente opuesta a lo que el anterior Cirrus tenía. En el 200 sí encontramos un verdadero aire de lujo, con materiales que son suaves en el tablero y puertas, lo que a la hora del manejo se traduce en un auto más silencioso y bien ensamblado.
El Cirrus que alguna vez probamos, nos puso los “cabellos de punta”, por su baja calidad de construcción, raquítico equipamiento y un elevado precio. Ahora las cosas son distintas. Si bien no llegan a ser los mejores acabados interiores de su segmento, ya no son la referencia de lo malo que eran antes. Vale la pena subirse y pasar un rato agradable en el auto.
El manejo relajado
Para andar en la ciudad, el 200 que probamos, en la versión 2.4 litros con 173 caballos de potencia y caja automática de cuatro velocidades, nos pedía que “por favor” lo lleváramos con calma. El coche se movía adecuadamente en la jungla de asfalto, transmitiéndonos un manejo sobrio, con una suspensión bien ajustada rayando en lo suave y la dirección más maniobrable, con respecto a otros modelos del Grupo Chrysler que hemos probado y son más duros para girar.
Supimos que el coche no es para correr, ni pretendía serlo, cuando lo llevamos al autódromo y su bloque de cuatro cilindros se sintió exigido, al acelerar de cero a 100 en 13.10 segundos, un poco más que en el Avenger con el mismo motor. Y en cuanto al frenado, no hay mucho que decir, con apenas dos pruebas, el coche presentó un desgaste considerable en los discos, deteniéndose en 44 metros desde los 100 kilómetros por hora.
La misma situación habíamos vivido con el 200 Convertible, cuando los discos comenzaron a hacer humo en exceso por lo que tuvimos que detener la prueba en pista. Cabe señalar, que estas pruebas que realizamos son al límite de las capacidades de los coches, por lo que son sometidos a situaciones que pocas veces enfrentarán en la calle y no representan un riesgo de fallo en una situación real de frenado extremo.
Por último, el coche nos pareció una buena evolución con respecto al Cirrus, aunque no físicamente, sí lo hizo en el habitáculo, con buenos materiales y un equipamiento adecuado a las necesidades de conectividad de hoy en día, como el “manos libres” U-Connect, pantalla táctil de 6.5 pulgadas y conexiones auxiliar y puerto USB, que conforman el centro multimedia “MyGig”.
Sin embargo, el precio del coche aún nos parece algo elevado, con 329 mil 900 pesos, pero será algo que al que realmente le guste el auto, no le importará. Existe una opción más asequible, con el mismo motor y la ausencia de parte del equipamiento que viste al Limited, por 289 mil 900 pesos. Pero si su intención es comprar “algo más”, están las versiones V6.
Ficha Técnica
Chrysler 200 Sedán Limited 2.4L
Motor: Frontal transversal; cuatro cilindros en línea; 2.4 litros de desplazamiento; DOHC; 16 válvulas; con inyección de combustible secuencial multipunto. Potencia: 173 cv @ 6,000 rpm. Torque: 166 libras-pie @ 4,400 rpm.
Tracción: Delantera.
Transmisión: Automática de cuatro velocidades (4+R), con modo secuencial.
Suspensión: Delantera – Independiente, de tipo McPherson, con resortes helicoidales y barra estabilizadora. Trasera – Independiente, de tipo Multilink, con resortes helicoidales y barra estabilizadora.
Frenos: De discos sólidos en las cuatro ruedas, con sistema antibloqueo (ABS).
Dirección: De piñón y cremallera, con asistencia hidráulica.
Dimensiones y capacidades:
Largo / Ancho / Alto (mm)
4,869 / 1,841 / 1,394
Distancia entre ejes: 2,766 mm
Peso: 1,537 kilogramos.
Tanque- 64 litros.
Cajuela- 385 litros.
Precio: 329,900 pesos
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