Prueba de manejo
Chrysler 300 SRT 8
Isla de placer
Por: Sergio Oliveira
El Chrysler 300 SRT 8 nos hace olvidar el entorno. O disfrutarlo más.
Es amplio, cómodo, poderoso y bien equipado. Todo junto forma una receta casi infalible para transformar los traslados del día a día en un placer. Pero si junto a todo esto le ponemos algo de moción, y el 300 SRT 8 le pone mucho de eso, tenemos en las manos un magnífico sedán.
De vez en cuando nos llegan a las manos autos de prueba, que nos hacen disfrutar un rato. Unos -de hecho la mayoría- logran ese efecto por lo novedoso, por la curiosidad que despiertan y la atención que llaman a su paso, transformándonos, pobres mortales que tenemos la bendición divina de probar autos, en celebridades momentáneas. Otros más lo consiguen por ostentar un emblema elegante o de prestigio, más allá de lo que puedan hacer. Hay los que son capaces de estimular nuestro gusto por la aventura, sea en asfalto o fuera de él. Casi todos, empero, son meras calabazas de la Cenicienta, cuyo encanto dura muy poco. Pero hay algunos que nos hacen buscar un pretexto para subirnos a él. Los que nos dejan descubriendo algo nuevo a cada vez que lo manejamos. Los que, luego de un par de días a su mando, nos dejan tan a gusto que se alzan de inmediato a la categoría de favoritos. El Chrysler 300 SRT 8, es uno de ellos.
Todo el poder
Una de las partes más agradables del auto, responsable de ponerlo en la lista de nuestros autor preferidos, es el motor. El V8 de cámara hemisférica, de donde sale el nombre Hemi, es una verdadera delicia. En este auto, funciona y se escucha con mucho más suavidad de lo que hace en la también excelente Grand Cherokee. Pero lo mejor de todo, es que los 470 caballos de fuerza están ahí, esperando para satisfacer un gusto o una necesidad.
La buena base del auto hace que sea posible administrar toda esa potencia. La plataforma se comporta bien y si las amplias rectas son tu territorio favorito, en la hora de enfrentarse a las curvas sólo su gran tamaño resulta un problema, porque el conjunto de suspensión, frenos y dirección funcionan muy bien, confiriéndole una estabilidad que llegó a sorprendernos.
En nuestras pruebas, sólo se necesitaron 6.2 segundos para que el auto de casi dos toneladas de peso, llegara a los 100 km/h. Una eficiencia que fue percibida también en el trabajo de los enormes frenos de disco ventilados firmados por Brembo, que detuvieron el 300 SRT 8 en 40 metros, desde los 100 km/h.
Tranquilidad
Mientras no pisamos fuerte, lo que tenemos en las manos es una sala de concierto móvil sensacional. El habitáculo del 300 es muy bien hecho. Los materiales usados en la construcción son de buen nivel y si bien no llegan a extremos como los de un Audi A8, pero el tablero está cubierto de piel con costura aparente; los asientos tienen muy buen soporte lateral y están forrados de piel y alcántara; el estéreo es excelente y el UConnect funcionó muy bien. De hecho, la pantalla de 8.4 pulgadas del 300 tiene mucho mejor resolución que en el pasado y son capaces incluso de reproducir la portada del disco que escuchamos, cuando conectamos el iPod a su entrada USB, gentilmente iluminada y adecuadamente ubicada en el compartimento central de la consola.
El volante, cuya base no es circular y sí cortada en tres rectas, está forrado de piel arriba y es de aluminio abajo, con controles en el volante y palancas para los cambios de velocidad atrás. Se ve divino y se siente igual.
La visibilidad es mejor que en el anterior 300C, gracias a que los cristales ocupan un área más generosa del auto. Claro, no es el coche que más te deje ver hacia fuera y no todos los límites del coche están a la vista en una maniobra. Para esto, se cuenta con sensores de estacionamiento tanto adelante como atrás, al igual que una indispensable cámara trasera.
En resumidas cuentas, el 300 SRT 8 entró definitivamente en nuestro gusto. Es un coche tan agradable de conducir, en cualquier velocidad, que podríamos estar con él diariamente, sin mayores quejas que el consumo elevado de gasolina, pero esto, el que busque un coche de este tamaño y desempeño, no debe estar esperando de todos modos.
Para saber si vale o no la pena comprarlo, sin embargo, será necesario ver su precio. Si queda entre 800 y 900 mil pesos, nos parecerá apropiado. Más que esto, ya será difícil convencer a la gente que lo compre en lugar de algún otro vehículo con apellido de mayor abolengo. Si Chrysler, en un inesperado momento de inspiración, pusiera el precio del 300 SRT 8 por debajo de los 800 mil pesos mexicanos, definitivamente, estaríamos hablando de una verdadera ganga.
Ficha Técnica
Chrysler 300 SRT-8 2012
Motor: Frontal longitudinal; ocho cilindros en V; 6.4 litros de desplazamiento; HEMI; 16 válvulas; con inyección de combustible secuencial multipunto. Potencia: 470 cv @ 6,000 rpm. Torque: 470 libras-pie @ 4,300 rpm.
Tracción: Trasera.
Transmisión: Automática de cinco velocidades (5+R), con modo secuencial.
Suspensión: Delantera – Independiente, de tipo SLA, con resortes helicoidales y barra estabilizadora. Trasera – Independiente, de cinco brazos, con resortes helicoidales y barra estabilizadora.
Frenos: De discos ventilados en las cuatro ruedas, con sistema antibloqueo (ABS).
Dirección: De piñón y cremallera, con asistencia eléctrica.
Dimensiones y capacidades:
Largo / Ancho / Alto (mm)
5,088 / 1,885.8 / 1,479
Distancia entre ejes: 3,053 mm
Peso: 1,980 kilogramos.
Tanque- 72.2 litros.
Cajuela- 461 litros.
Resultados de la prueba realizada en el Autódromo Guadalajara:
Aceleración 0 a 100 km/h en 7.4 segundos
Frenado de 100 km/h a 0 en 43 metros
Cuarto de milla en 14.82 segundos a 158.5 km/h
Velocidad máxima observada: 230 km/h
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