Prueba de manejo
Ford Mustang ST
Cara dura de noble motor
Por: Mario Alberto Castillo Flores

Su piel nos dice que es un coche agresivo, duro de roer en la calle. Pero bajo el cofre, es un dócil corcel

Durante la semana que tuvimos a prueba este Mustang ST, no nos cansamos de recibir elogios y ver caras de impresión de la gente. A dónde se hiciera presente esta versión “customizada” del Mustang, nos regalaba respeto y admiración, como pocos coches saben hacerlo, por supuesto, más que nada por su tradición.
El aspecto del coche es rudo, sin duda, con rines negros y vivos en cromo, hacen que el resto de su carrocería luzca a cualquier hora del día, como si fuera el malo de la película, o el diablo en las calles, algo muy temible. Porta elementos que lo separan del resto de corceles en la caballeriza de Ford, además de los rines, el cofre tiene una (nada funcional pero si visual) toma de aire, que viéndola desde el puesto de conducción, no podíamos ver el final del coche, por lo que siempre recurrimos a nuestro instinto para dimensionarlo, sobre todo a la hora de estacionarnos.

El malo

El coche tiene un aspecto muy parecido al Mustang Boss, el “jefe de jefes” de los Mustang. Cuenta con una parrilla de barras horizontales y con el fondo oscuro, que portan orgullosas el logotipo del caballo. La pintura roja y, como dijimos, los rines negros, hacen que este Mustang aparente no solo más agresividad por fuera, si no que creamos que tiene algo más en sus entrañas, algo que platicaremos más adelante.
Por otro lado, al asomarnos en el interior, ya nos damos cuenta de que en realidad es un Mustang V6, disfrazado de “jefe”, ya que sus acabados no son ni siquiera cercanos a lo que el Shelby tiene. En este ST tenemos una apariencia más austera, con plásticos oscuros dominando el escenario, al igual que el volante, con controles para la computadora de viaje.
El estéreo tiene la misma imagen que cualquier otro Mustang, con su pequeña pantalla monocromática. Más abajo los controles manuales del aire acondicionado y párele de contar. La palanca de la transmisión, al estilo de los otros coches ST, de pomo ancho y buen agarre, con su recubrimiento de piel, para ofrecer un tacto más lujoso.
Los asientos de tela son confortables, orientados a la deportividad, con buena sujeción lateral, tanto para conductor como pasajero. En la parte posterior, como sabemos, no cabe “ni un alma”. Las dos personas que tienen cabida en esta área apenas pueden entrar y las piernas quedan justas para no moverse. Definitivamente es un coche individualista y que los que decidan viajar atrás vivirán una sensación de encierro e incomodidad.

No es tan malo

Con un corazón contenido, este Mustang disfrazado de más poder, esconde bajo su cofre un motor dócil y bien equilibrado, tanto en la entrega de potencia, como en un bajo consumo de combustible. Este conocido bloque de 3.7 litros de desplazamiento y 305 caballos de potencia, tienen que mover la poco más de tonelada y media de peso y, vaya que lo hace muy bien.
En el Autódromo Guadalajara tuvimos un par de sorpresas con el coche. La primera, es que la aceleración y el frenado fueron muy buenos, al arrojárnos poco más de siete segundos, así como menos de 40 metros, respectivamente. El coche acelera a placer y frena con contundencia, eso nos gustó.
Lo que no nos gustó (nuestra segunda sorpresa) es que, a diferencia de otros Mustang que hemos probado, este se siente demasiado ligero en la pista, sin aplomo. Como resultado, en las curvas el eje trasero se nos va demasiado, además de que percibimos que tenía un problema con la suspensión delantera, ya que en las pruebas de frenado se nos “clavaba” demasiado hacia el costado izquierdo. Verificamos que las llantas tuvieran su nivel de aire correcto, por lo que dedujimos que podría ser la suspensión, ya que en la calle también se cargaba demasiado hacia la izquierda la dirección. Por supuesto, esto lo verificará Ford de México, quien nos facilitó este Mustang ST, a lo que por nuestra cuenta, no sentimos que la seguridad estuviera en riesgo.
Por otro lado, destacamos que el coche se siente suave en su andar. Los seis cambios de su transmisión entran perfecto y la dirección es precisa. El coche no es “brincón”, por lo que la suspensión (a pesar del detalle antes mencionado) se comportó de maravilla para transportarnos con suavidad.
De esta forma por 411,800 pesos, unos 12 mil pesos más que la versión “normal” del V6, puede tener un coche de aspecto agresivo, aunque usted y los que lo vean y escuchen su motor, extrañarán ese relinchido del V8, pero que no le quede duda, que se sentirá como una estrella de rock a dónde vaya.

Ficha Técnica
Ford Mustang ST 2012

Motor:
Frontal longitudinal; seis cilindros en V; 3.7 litros de desplazamiento; DOHC; 24 válvulas; con inyección de combustible electrónica secuencial multipunto. Potencia: 305 cv @ 6,500 rpm. Torque: 280 libras-pie @ 4,250 rpm.

Tracción: Trasera.

Transmisión: Manual de seis velocidades (6+R).

Suspensión: Delantera – Independiente, de tipo McPherson, con resortes helicoidales y barra estabilizadora. Trasera – De eje rígido, con barra Panhard y resortes helicoidales.

Frenos: De discos veltilados en las cuatro ruedas, con sistema antibloqueo (ABS).

Dirección: De piñón y cremallera, con asistencia eléctrica.

Dimensiones y capacidades:
Largo / Ancho / Alto (mm)
4,777 / 1,877 / 1,417
Distancia entre ejes: 2,720 mm
Peso: 1,573 kilogramos.
Tanque- 60 litros.
Cajuela- 379.4 litros.

Precio: 411,800 pesos

Resultados de la prueba realizada en el Autódromo Guadalajara:
Aceleración 0 a 100 km/h en 7.05 segundos
Frenado de 100 km/h a 0: 39 metros.
Cuarto de milla: 16.31 segundos @ 148.1 km/h
Velocidad máxima observada: 210 km/h

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