Lincoln MKZ 2013

Primicia Mundial.

El principio de una nueva era

Por: Sergio Oliveira
Foto: Mario Castillo


Lincoln recupera su exclusividad al hacer un auto con carrocería única


Tal vez lo ame, tal vez lo odie. Pero ya no irá confundirlo con un Ford como ocurrió con casi todos los Lincoln en años recientes. El MKZ regresa a la marca de lujo la exclusividad perdida y, lo mejor de todo, es que ésta llega acompañada de un bienvenido atrevimiento estético.


Mostrado al público por primera vez en el salón de Nueva York, en abril pasado, el más chico de los Lincoln sigue basado en la plataforma del Ford Fusion y construido en Hermosillo, es cierto. Pero mire el MKZ y no encontrará similitudes visibles con el Fusion, lo que es la receta correcta para las plataformas compartidas. Por primera vez en muchos, muchos años, Ford lo entendió.

Más allá de los gustos personales, que son subjetivos y discutibles, el MKZ 2013 tiene proporciones correctas y una silueta que no sólo es exclusiva, es también acorde a una de las más poderosas tendencias globales de usar un techo con fuerte inclinación posterior, emulando un cupé.
Su frente mantiene la parrilla dividida tipo “cola de ballena”, pero al exagerar su ángulo, el nuevo equipo de diseño exclusivo de Lincoln consigue una forma interesante y, ante nuestro ojos, extremadamente atractiva. Lo mismo ocurre con la parte trasera, con calaveras delgadas que se unen bajo la tapa de la cajuela y arriba del espacio para la placa. El auto es distinto y atrevido desde todos los ángulos, aunque sea la silueta lo más destacado.
La modernidad exterior se repite por dentro. La palabra clave aquí es: limpieza. Con la ayuda del MyLincolnTouch, de una pantalla táctil y la ausencia de una palanca de cambios - sustituida por botones a la derecha del volante y a la izquierda de la pantalla- el auto tiene un fuerte toque minimalista. Hay detalles de madera en el tablero y forro de las puertas, pero no un festival de colores y materiales como hemos visto en otros vehículos. Lo único que desentona es el plástico que cubre la consola, abriga los controles y rodea la pantalla. Ese plástico no combina con el coche, se ve barato y poco elegante, cuando todo el resto del auto se siente muy bien.
El espacio para conductor y pasajero es bueno, aunque la visibilidad posterior es perjudicada por el grueso pilar C, pero la cámara de reversa ayuda en las maniobras. Atrás, dos pasajeros viajarán bien, pese a que el espacio para la cabeza no es abundante. Un tercero, bueno, mejor siquiera intentarlo, ya que generaría incomodidad a todos.
El motor de 2.0 litros es poderoso desde el principio, con una entrega de poder muy lineal si no se quiere pisar a fondo, tiene el desempeño de un motor aspirado, pero también ofrece el adictivo poder de aceleración cuando es necesario.
Con tracción delantera, la dirección siente el embate del torque y obliga al conductor a sostenerla con más fuerza que lo normal en una aceleración brusca. Pero en general es suave como se espera de un Lincoln y precisa lo suficiente como para complacer al que busque deportividad.
Con la suspensión ocurre algo parecido. El balance entre suavidad y estabilidad es cercano a la perfección. No más los “lancheos” de los Lincoln del pasado. Pero tampoco se encontrará en el MKZ la rigidez excesiva de los alemanes. Es un coche que no olvida sus orígenes, no quiere ser europeo, simplemente se propone a ser un estadounidense moderno, elegante, bien hecho, equipado y cómodo.
Tal vez a algunos les extrañe un poco presionar un botón (en lugar de mover una palanca) para poner el auto en D (Drive) para caminar hacia delante o en R para ir hacia atrás. No es algo exactamente nuevo. Chrysler lo hizo en los años 50. Pero es posible que el mundo de hoy está mejor adaptado para aceptarlo.
Por esto y otras cosas, el MKZ es un auto que genera orgullo de traerlo. Estar al mando de él nos pone en una posición agradable. Nos da la certeza que viajamos más cómodos que los que están en el Mercedes-Benz C180 que va al lado. Nos deja en claro que somos más rápidos que el conductor del BMW 320 que viene en sentido contrario. Además, estamos conscientes que, ante todos esos, tenemos más equipo y nos vemos más actuales.
Es posible que a uno que otro no les parezca tener un Lincoln y prefieran la imagen que les confiere un Premium europeo digamos, como Audi. Poco a poco, sin embargo, si Lincoln sigue la receta que está usando para producir el MKZ, la marca de lujo de Ford recuperará su prestigio y ayudará a hacerlo para todo su país. El MKZ es, junto con Apple, por ejemplo, una prueba de que lo hecho en Estados Unidos aún puede ser bien hecho, atractivo, agradable, funcional y moderno. Enhorabuena.

EL DATO
Desempeño adecuado

El motor de nuestro MKZ de prueba tiene cuatro cilindros, 2.0 litros y llega a los 240 caballos de fuerza, gracias a un turbo compresor. Es, junto con el motor del BMW 328, uno de los mejores 2.0 litros que hayamos manejado jamás.

FICHA TÉCNICA
MKZ 2013 con Ecoboost
Motor: Frontal transversal; cuatro cilindros en línea; 2.0 litros de desplazamiento; Turbo; 16 válvulas; con inyección de combustible directa. Potencia: 240 cv @ 5,500 rpm/ Torque: 270 libras-pie @ 3,000 rpm.

Tracción: Delantera.
Transmisión: Automática de seis velocidades (6+R), con modo secuencial.
Suspensión: Delantera- Independiente, de tipo McPherson, con resortes helicoidales y barra estabilizadora. Trasera- Independiente, de tipo Multilink, con resortes helocoidales y barra estabilizadora.

Frenos: De discos ventilados adelante y de discos sólidos atrás, con sistema antibloqueo (ABS).
Dirección: De piñón y cremallera, con asistencia eléctrica.

Dimensiones y capacidades:
Largo / Ancho / Alto (mm)
4,930 / 1,864 / 1,478
Distancia entre ejes: 2,845 mm
Peso: 1,684 kilogramos.
Tanque- 62.5 litros.
Cajuela- 436 litros.
Resultados de la prueba realizada en el Autóromo Guadalajara:
Aceleración 0 a 100 km/h: 8.7 segundos
Frenado: 100 km/h a 0: 40 metros
Cuarto de milla: 16.18 segundos a 139.1 km/h
Velocidad máxima observada: 230 km/h

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