Chevrolet Corvette ZR1 60° Aniversario
Toda
la dignidad del último guerrero
Por: Sergio Oliveira/ Mario Castillo
Con
el Stingray ya listo y presentado, un Corvette C6 debería aburrir. Pero no.
Para nada.
2013
marca la despedida del C6, la sexta generación de una familia exitosa, querida
y veloz. Y no hay nada mejor, más significativo, que despedirse del actual con
su versión más fuerte, poderosa y representativa. El ZR1 es todo esto.
Cargando
sobre sus hombros el peso de ser el más veloz de los deportivos
estadounidenses, incluso más que el recién renovado Dodge Viper, de acuerdo con
algunas publicaciones del “vecino del norte”, el Corvette ZR1 no es un auto
para cualquiera. Hablamos en todos los sentidos. Algunos lo miran con el
desprecio producto de la ignorancia que sólo reconoce el pedigrí europeo. Otros
lo ponen en un mucho más justo pedestal, adorando lo que es capaz de hacer en
una pista, principalmente cuando se compara contra los europeos de precio
muchas veces más elevado.
Con este Corvette ZR1 quisimos ponernos
serios. Tratamos de manejarlo suave y tranquilamente. Hicimos todo lo posible
por ahorrar combustible. Pero no, no es posible tratar con un juguete de 6.2
litros y 638 HP, e hicimos con él lo que haría cualquiera: portarnos mal.
Nuestra finalidad no era ir en contra de
la naturaleza de este coche con un manejo relajado, pero en ciudades como
Guadalajara, repletas de baches y deformaciones del pavimento, a pesar de
contar con concreto hidráulico en algunas avenidas, teníamos que circular
cuidadosamente para conducir con semejante músculo bajo el cofre y una
carrocería ligera.
Para olvidarnos del estrés de las
sacudidas lentas y eternas, mejor quisimos pasarla rápido y divertido. Pisar a
fondo el pedal del gas de este ZR1 nos pone a sudar las manos. El volante y la
palanca de cambios están forradas de gamuza, la cual es sumamente suave y por
momentos la mano se nos desliza de más.
Luego, tenemos cambios muy cortos y un
embrague sólido que nos invita a hacer cambios uno tras otro para entonar una
verdadera oda al bloque V8. Después de acelerar a fondo, el cuerpo se sumerge
en el asiento de tipo cubo, y menos de cinco segundos después, al alcanzar los
100 kilómetros por hora, el sillón deja de abrazarnos y el corazón late más
acelerado que una locomotora. Es entonces cuando respiramos y nos damos cuenta
“un poquito”, de lo que este coche puede hacer en pista, su habitat, un lugar
donde este ZR1 se disfruta mejor. Si acelera bien en recta, su trabajo en
curvas lo hace mucho mejor. En este apartado podemos seleccionar, mediante un
control en la consola central, si queremos un ajuste suave o deportivo en las
cuatro ruedas. La selección es obvia, aunque sentimos que la diferencia es
mínima.
Consagrado
En nuestras pruebas, el ZR1 logró una
aceleración de 4.6 segundos, similar a la que hicimos con el Mustang Shelby
hace algunos meses. La diferencia es que ésta, también hacer curvas. El ZR1 es
un atleta consagrado, digno rival de algunos superdeportivos italianos o
alemanes. Hecho de una construcción sólida, correosa como un boxeador “peso pluma”, en la que se conjuga el
aluminio y la fibra de carbono, sumado a una relativamente corta distancia
entre ejes, así como el centro de gravedad muy bajo, permiten que tomemos
curvas en alta velocidad y el coche se mueva a donde nosotros le indicamos, a
velocidades que pueden llegar hasta los 300 km/h. Provóquelo y la trasera
querrá rebasarlo. La diversión, ya lo saben, está garantizada.
Sin embargo, el frenado de 44 metros nos
parece muy desafortunado para esos verdaderos “comales” que lleva por discos
carbono-cerámicos. Tal vez le faltaba aún asentarse, ya que estaba nuevecito el
que probamos.
Por otro lado, la suspensión no es una
piedra sólida, sino que permite que nos movamos con cierto confort y dinamismo,
tanto en calle como en carretera. Es la receta perfecta para rodar en cualquier
carretera, sobre todo si se trata de un freeway estadounidense.
Algo que nos sorprendió, es que es capaz
de superar topes sin pegar en la parte frontal. Destacamos esto, ya que si es
uno de los contados propietarios (o tiene pensado serlo) de este Corvette -el
más costoso de la gama- no querrá que ni un mosquito se embarre en el
parabrisas, y en nuestra ciudad encontrará eso y mucho más, como baches y topes
de todos colores, tamaños y raspones. Increíblemente, el Corvette no necesita
retorcer su estructura para pasar el tope de lado. Con un poco de paciencia, la
punta entra, la carrocería pasa y sale sin rasguños.
De esta forma, un Corvette no es para
cualquiera, sobre todo éste, cuya edición especial marca el adiós de una gran
generación. Su precio es prohibitivo para la absoluta mayoría de los mexicanos,
pero quien quiera uno, debe saber que este juguete es para divertirse, pero
también, como su historia y comportamiento lo muestran, exige respeto.
Ficha
Técnica
Chevrolet Corvette ZR1 60° aniversario
Motor:
Frontal longitudinal; ocho cilindros en V; 6.2 litros de desplazamiento;
Supercargado; 16 válvulas; con inyección de combustible secuencial multipunto.
Potencia: 638 HP @ 6,500 rpm/ Torque: 604 libras-pie @ 3,800 rpm.
Tracción:
Trasera.
Transmisión:
Manual de seis velocidades (6+R).
Suspensión: Delantera – Independiente, de
brazos cortos y largos tipo, con resortes helicoidales y barra estabilizadora. Trasera
– Independiente, de brazos cortos y largos tipo, con resortes helicoidales y
barra estabilizadora.
Frenos:
Carbonocerámicos en las cuatro ruedas, con sistema antibloqueo (ABS).
Dirección:
De piñón y cremallera, con asistencia eléctrica.
Dimensiones y capacidades:
Largo
/ Ancho / Alto (mm)
4,435
/ 1,844 / 1,245
Distancia
entre ejes: 2,686 mm
Peso:
1,525 kilogramos.
Tanque-
68 litros.
Cajuela-
634.4 litros.
Precio: 1’681,500 pesos
Resultados de la prueba:
Aceleración 0 a 100
km/h: 4.65 segundos
Frenado: 100 km/h a 0: 44 metros
Cuarto de milla: 13.88 segundos a 164 km/h
Velocidad máxima: 330 km/h
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